Opinión 

Orgullo Pata Salada

Por Humberto Famanía Ortega.- Imprimo en mi cerebro algunas enseñanzas de la vida que me hacen reflexionar, frases que quedaron en lo más profundo de mi corazón, trato de aplicarlas en mi vida cotidiana. Se dice que un brazo vale cien brazos cuando lo mueve un cerebro ilustrado. Un cerebro vale cien cerebros, cuando lo sostiene un brazo firme. Si logramos todos, iniciar nuestras actividades con este pensamiento será más productivo con los ingredientes de inteligencia, trabajo y creatividad cuyo detonador servirá como base para el desarrollo equilibrado de cualquier comunidad que busque estabilidad con progreso.

Los tiempos actuales nos demandan en este bello y dinámico municipio de Puerto Vallarta Jalisco que hagamos uso intensivo de nuestro cerebro, para tomar con conciencia el ser más competitivos en nuestra industria turística, mejorando la oferta en los servicios. Nuestro destino a parte de explotar nuestra propia naturaleza, a veces en forma irracional, merece que sus habitantes gocen también de una infraestructura digna en igualdad de circunstancias. No basta que tengamos tendencias románticas con planear ilusiones, sino hacer que las cosas sucedan con acciones concretas que adicionen el dinamismo de la población.

Me queda muy claro que cuando existe la unión, toda tarea que se proponga cualquier comunidad saldrá a flote, lo más importante es lograr el dialogo y la concertación para que las metas y objetivos siempre tengan éxito. Urgente el tener un liderazgo integrador donde nuestros políticos y empresarios escuchen todos los puntos de vista para tener la posibilidad de tomar la mejor decisión, no tiene que ser necesariamente su punto de vista inicial. Resulta importante señalar que la diferencia en los estilos de liderazgo comienza al saber escuchar, para aprender y reflexionar. El reto es lograr la confianza para asegurar prosperidad.

Resulta de vital importancia el abordar el tema de la educación como indicador del desarrollo, solo así sabremos comprender el porqué de la corrupción  y el constante incremento de la delincuencia. Sabemos que radica en la nula enseñanza de los valores morales asociados con la educación, tanto en el seno familiar como en la escuela. En estos casos la responsabilidad es compartida en la formación de nuestros hijos. Si deseamos un municipio fuerte y vigoroso, los principios morales son básicos para construir construyendo, desechando la apatía. Nuestro territorio reclama el constituirnos en una gran alianza ciudadana como principio elemental para consolidar nuestros grandes anhelos, basados en un bienestar para todos progresivo bajo una coordinación de esfuerzos en nuestra fuerza productiva.

Orgullosamente acabamos de celebrar el primer centenario de la fundación de nuestro municipio de Puerto Vallarta Jalisco. Simplemente convoco a la reflexión de evaluar lo que cada habitante ha logrado en beneficio de esta tierra bendita de Dios. Si todos deseamos dejar huella, recordemos que la palabra convence, el ejemplo arrastra. Quienes han tenido el privilegio de dirigir los destinos del municipio me pregunto cuántos de ellos han dejado su huella plasmada como hijos bien nacidos o bien avecindados para buscar nuevos horizontes. Cuando se posee fuerza mental, emocional y espiritual, triunfan en lo que se proponen, en el entendido que muchas personas tienen el poder, pero pocos tienen poder para llegar a las personas con humildad y con gran sentido de servicio.

Es un deber integrarnos estimados vallartenses como un todo, territorio y espíritu, porque esta tierra fabulosa ubicada en esta Bahía de Banderas la formamos todos, como una parte alícuota de este rincón de nuestra Patria. Para que los afanes multiplicadores de nuestra propia producción sean viables, es necesaria la organización. Solo de esta manera lograremos abatir los graves contrastes sociales que padecemos combatiendo de todas formas a la marginación. Urge pues redefinir el rumbo, nunca es tarde para comenzar; el dar sentido a nuestras vidas es la tarea más esperanzadora para lograr prosperidad. Simplemente busquemos el dar equilibrio a la riqueza natural y estimular al pueblo proporcionándole una vida digna, ya que son los principales actores de nuestra actividad turística.

Debemos evolucionar a una sociedad realista que no viva de sueños y subsidios, construyendo un futuro más halagador con oportunidades para todos. Una sociedad dinámica y vigorosa con planeación integral y enriquecimiento moral, siempre será una garantía para hacer que las cosas sucedan. Es por eso que debemos de hacer un compromiso con lealtad, heredando a la generación siguiente una plataforma amplia, sólida y confiable, para que el destino de nuestros hijos y sus hijos, tengan guía y brújula constituyendo un verdadero blindaje que garantice un futuro cierto.

El destino de un pueblo tiene mucho que ver con los anhelos comunes. La fortaleza de un individuo está en sus valores morales, por tal motivo estos se mezclan con su tierra en la conservación de sus costumbres y tradiciones, cuando se responde a intereses personales en el quehacer público o bien en el monopolio del poder político o económico, tarde o temprano serán marcados con el odio y desprecio de una sociedad con la que convivieron y esperaban lo mejor de sus esfuerzos para su propio bienestar colectivo. Nuevos aires soplan en una sociedad agraviada por los excesos de muchos de sus administradores públicos, ya no es posible seguir confiando en sus falsas promesas, son los tiempos de crear conciencia colectiva para no volver a caer en falsas expectativas de esos individuos que han causado severos perjuicios a nuestra bella región.

El integrarnos a través de las grandes enseñanzas que nos otorga la propia naturaleza  y vivir en forma comunitaria respetándonos, seguramente que nos traerá enormes beneficios. Hoy el mundo entero pide su propia conservación pero a medida en que pasan los años tal parece  que la ambición del poder político y económico se acentúa mas, por consecuencia producen un deterioro en las relaciones de los seres humanos, por lo tanto estos se transforman en guerras entre hermanos y en desequilibrios que afectan en forma lacerante nuestra vida cotidiana. Gozamos del privilegio en esta tierra maravillosa de la costa norte de Jalisco para convertir al turismo en la industria de la amistad y la paz por su noble característica de lograr sano esparcimiento sin distinción de raza y clases sociales.

-.El reto para la consecución de nuestros objetivos comunes; seguirá siendo, bienestar creciente y armónico para todos. Lograr el trabajo común, unir esfuerzos, juntar brazos y energías, ser coincidentes en los anhelos para encontrar justicia y prosperidad.-

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