Opinión 

Responsabilidad Ciudadana

Por Humberto Famanía Ortega.-

Reconocemos quienes asumimos el compromiso de formar parte de esta prodigiosa tierra nuestro Puerto Vallarta Jalisco una gran necesidad en su reactivación  económica en un entorno de satisfactores para la población que implique orden, consenso, diálogo permanente y de acuerdos necesarios, a fin de que exista una comunicación constante con los tres sectores de la población.

Por eso es tiempo de adoptar nuevos cambios, en donde exista una nueva clase política que demande a hombres y mujeres capaces de hacer frente a la aceleración del cambio y que adviertan que la sociedad exige nuevas formas de gobernar con planeación programática, donde la honradez y la capacidad sirvan para un servicio público más eficiente.

Ahora en día la sociedad vallartense es más demandante, por eso quienes desean incursionar en la vida pública es exigencia que no confundan principios con dogmas, ni convicciones con terquedad, ni afiliación con secta.
Debe de quedar muy claro que la concertación es básica para el ejercicio del poder, pues es aquí donde se dignifica a la política-

La escasez de recursos y la necesidad de reorientar y acelerar el desarrollo, reclaman trabajo en común para renovar el pacto social en forma permanente y echar andar proyectos de beneficio local con el concurso de todas las fuerzas vivas de nuestro municipio, bajo un liderazgo firme con rumbo definido.

No se debe de actuar como lobos esteparios, ya que en la vida pública la discordia llega al primer descuido, en tanto que la concordia activa requiere de negociadores pacientes y templados con piel dura, elementos personales para otorgar a los ciudadanos garantía de un buen gobierno.

Recomendamos ahora que se acercan los relevos constitucionales en nuestro dinámico municipio; a no equivocarnos, es importante reflexionar nuestro sufragio, recordando que lo más importante en un político es lo que se avala en su actuación y en sus hechos, la mejor recomendación es que hay que adecuar la conducta al pensamiento, hablar y cumplir o mejor no hablar.

Es tiempo de cambiar el discurso donde se proponga con responsabilidad alternativas viables, donde la educación y cultura sean base para el desarrollo regional de nuestras comunidades, para acabar una vez por todas con el flagelo de la miseria y las crisis de inseguridad pública, convocando a que se asuman compromisos bien fundamentados para obtener una mejor prosperidad.

Ahora es importante la capacidad, honradez y convicción. Que ningún código de amistad rija al nombrar a sus colaboradores, a fin de que sirvan sin distingos al pueblo, evitando sentimentalismos, que no llevan a nada. Urge un acuerdo ético y político, no tanto sobre el municipio que deseamos ser, sino sobre el Puerto Vallarta Jalisco que ya no queremos seguir siendo. Ya no queremos seguir viendo campañas como una competencia de personalidades,  lo que se necesita es tener verdaderos proyectos, donde se asuman compromisos.

Hago una breve reflexión; ¡Cuanto hace falta en la práctica por parte de los políticos, el escoger realmente colaboradores honestos y llenos de vocación de servicio, ya que muchos prefieren convertir el gobierno en un camarilla de personas a los que no los une otra cosa que la indecible complicidad que protegen su insultante mediocridad.

En verdad los vemos en todos los niveles de gobierno; no acatan que la gran labor de la política es transformar, que significa encontrar el ritmo adecuado buscando los elementos de integración para que estos no se detengan, evitando también que los elementos de transformación no se dispersen de tal manera que las fuerzas sociales jueguen un papel desintegrador.

Hemos visto que las tentaciones al culto de personalidad, todavía se dan mucho en nuestros funcionarios públicos y en políticos. Es hora de aplicar el combate a la adulación que nos es más que un instrumento maquillado que no lleva a nada, al contrario necesitamos verdaderos hacedores, que en su paso por la historia sea digna de contarse.

Es importante actuar sin alardes y sin ostentaciones, al contrario siempre trabajar con sencillez, porque al final de la encomienda todo sigue siendo igual, por lo tanto llevar en lo más profundo de su corazón el cumplimiento de su deber, así pasaran a trascender y decir con orgullo, misión cumplida.

En lo particular cuanto he anhelado que existan hombres y mujeres que sientan en los más profundo de su alma el ser realmente mexicanos, jaliscienses y vallartenses en esta tierra sacro santa. Tal parece todo lo contrario, la experiencia nos indica que la ambición los transforma.

Les recuerdo que el juez más implacable de la historia es el pueblo mismo. Tarde que temprano su actuación por el paso en la administración será premiada o demandada por su actuación al frente de esta honrosa responsabilidad.

Lo que es muy cierto es que el tiempo será el que los ubique en el lugar que les corresponde, porque cada día la madurez nos hace ser mas críticos. “Nuestra bella región sabe que las libertades y los derechos sociales no se refrendan; se conquistan, acrecientan y se conservan, o se pierden.

Puerto Vallarta siempre se ha caracterizado por su lucha hacia el progreso, por lo tanto el tiempo será el único que ponga en su lugar a quienes teniendo la oportunidad de aumentar su patrimonio, tanto cultural e histórico, han hecho que este se derrumbe, porque la base es su propia identidad, tal parece que la queremos acabar a pasos agigantados, es hora de defender nuestros valores.

Pues bien todos debemos de asumir nuestra responsabilidad ante nuestro pueblo, los actuales días son difíciles, sabemos que la transformación no es fácil por eso lo repito ahora. Necesitamos una obra conjunta, con un frente unido en donde el amor a nuestra tierra sea quien marque el camino hacia una prosperidad compartida. Si todos somos beneficiarios de este rincón jalisciense, noble y próspero nadie debe de quedar al margen o en la comodidad de su autonomía, es menester que todos adquiramos compromisos con un manejo inteligente y honrado. Debemos de fijar bien nuestro objetivo; desear que nuestras familias, siempre tengan un bienestar creciente y armónico, solamente se logra cuando existen buenas condiciones para el desempeño de nuestras actividades. Urge pues una alianza por la integración.

Lo que nos queda muy claro  es que no hay pueblo sensato que quiera la violencia,  evitemos las extremas desigualdades sociales. Si deseamos preservar la paz no olvidemos que si la abundancia es de pocos, los muchos querrán siempre arrebatarla. Así es que debemos de luchar siempre por una igualdad de oportunidades, en la búsqueda permanente de nuestra prosperidad. .a

Cuando lo pueblos se dan cuenta que ya no participan activamente en su historia, se ven envueltos por el enfado y el desinterés. Es el momento de buscar la unión, donde cada uno de nosotros entregue de una manera voluntaria sus experiencias a fin de cristalizar proyectos de beneficio de la comunidad a la que pertenezcan; es el momento de actuar.

No cabe la menor duda que en Puerto Vallarta existen líderes desde su trinchera de trabajo, siempre dispuestos a ir en la búsqueda de un nuevo amanecer, en donde todos formemos parte activa de nuestras comunidades, fomentado nuestros valores universales para lograr un desarrollo bien equilibrado.

Hago votos para que las próximas elecciones municipales se tomen en cuenta en las diferentes plataformas electorales, se basen en una planeación integral donde se contribuya con emoción a una nueva forma de vida, donde surja la equidad en la distribución de la riqueza.

-.Adelante siempre con guía y brújula, hacia nuevos horizontes donde quede bien marcado un rumbo lleno de certidumbre.-

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